“Ahora reconozco claramente que lo que me lastimó en lo más vivo fue el desencanto. . . el desencanto de que el joven hubiese partido con tanta facilidad, sin manifestar ninguna resistencia, así, sin el menor deseo de permanecer a mi lado; que él, tan humilde y respetuoso, se conformara con alejarse de mí a la primera insinuación... en vez de... en vez de llevarme consigo... ”
Pasaje de 24 horas en la vida de una mujer